miércoles, 3 de septiembre de 2008

el mejor de los lugares sin limites: el otro de sí. Parte 2

Un poeta (Francis Picabia) ha imaginado dos espejos perfectamente colocados uno en frente del otro, sin nada en el medio, salvo una mirada libre de todo cuerpo, de toda carne, para que no se redujera tan sólo a palabras la noción de infinito.
Por desgracia, tú sabes perfectamente, criatura miserable, que tu persona física es un objeto más difícil de olvidar, de esconder, que otros. La parte de ti que admite el milagro de los espejos conjugados, no podría, a pesar de los propósitos más heroicos, impedir que, entre ambas superficies reflectantes, se colara tu obsesivo cuerpo.

Fragmento del libro ¿Estáis locos? de René Crevel

El arqueólogo de la Estación El Olivo Conciencia desventurada en Manuela. El nacimiento de los hombres-mujeres.

Si toda la novela “El lugar sin límites” fuera un ejemplo de lo imaginado por el poeta, que estuviésemos frente a un espejo como una mirada libre de todo cuerpo o donde fuera nula la diferencia entre lo representado que asume un objeto y alguien que lo representa y, la expresión que supone la unidad del objeto y el sujeto. Estaríamos en el infinito ¿en el lugar sin límites?

Sin embargo, Manuela carga con un cuerpo obsesivo por ser representado, apresable, único, e indiferenciable. Un cuerpo que no puede evitar ser conjugado por las superficies reflectantes (el autor, el lector). De allí lo desventurado de la conciencia en Manuela que se sabe presa de lo inevitable, del cuerpo físico, como carne imposible de esconder. Este personaje capaz de ser reflejado hasta el infinito, sin embargo, no acepta ser papá. Es el cuerpo obsesivo del padre que impide el reflejo al infinito, el reflejo absoluto, augurando su detenimiento en una forma inconclusa.

Si toda la novela “El lugar sin límites” fuera una mirada libre de todo cuerpo, es decir, sin la presencia de Pancho, Alejo, la familia Cruz, la Ludo, Manuela, Manuel, Misia Blanca, Moniquita, Ema, Francisco Vega, Ema y Normita, Octavio, la japonesa grande, la japonesita y mantuviera su condición de espejo reflejaría deseos, expectativas, proyectos, pero también ambigüedad, fealdad, brutalidad, poder, etc.

La conciencia desventurada en Manuela esta insertada en el mundo de la prostitución el que es reglamentado en Chile por los años 1896. Desde esa fecha comienzan a generarse estudios científicos sobre causas, motivaciones y problemáticas respecto de la prostitución. Ahora bien porque complicar todo lo que se puede decir sobre esta novela. El titulo puede haber sido “La Apuesta” o hacer que fuera otro el personaje principal y no Manuela. Es expresión de una realidad del sur de Chile (Talca) o la intención del autor es tan sólo escribir una historia interesante para la época, puesto que las temáticas tratadas: travestismo y homosexualidad eran rupturistas.

De todos modos me interesa subrayar el concepto de Belleza y el concepto de modernismo en el “Lugar sin límites”.

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